Buscar empleo no es solo enviar currículums, actualizar el perfil de LinkedIn o prepararse entrevistas. Buscar empleo también es enfrentarse a la incertidumbre, al silencio, a la espera… y a veces, también a la decepción.
Hay muchas personas que están haciendo todo bien: se esfuerzan, se forman, adaptan su candidatura, cuidan cada detalle… y sin embargo, no llegan las llamadas. O sí llegan, pero terminan con ese mensaje que todos tememos: “Hemos optado por otra candidatura”. Lo has dado todo, incluso has llegado a la entrevista final, parecía que encajabas como anillo al dedo… y sin embargo, toca volver a empezar. Otra vez.
Sí, es difícil. Y es normal que te afecte
La búsqueda de empleo es, con frecuencia, una experiencia emocionalmente exigente. Y no porque falte voluntad, sino porque no siempre recibimos una recompensa proporcional al esfuerzo. Puede ser frustrante, desmotivador e incluso injusto. Lo es para muchas personas.
¿Qué podemos hacer ante esto? No se trata de dejar de sentir, ni de forzarnos a ver el lado bueno de todo. Se trata de aprender a gestionar las emociones que van surgiendo para poder seguir avanzando, sin agotarnos en el intento.
Claves para gestionar tus emociones mientras buscas trabajo
1. VALIDA LO QUE SIENTES
No estás exagerando. Sentir rabia, tristeza, agotamiento o incertidumbre forma parte del proceso. Negarlo o intentar reprimirlo solo lo intensifica. Permitirte sentir, identificar esas emociones y hablar de ellas con alguien de confianza es un primer paso para empezar a gestionarlas.
2. ACEPTA QUE HAY FACTORES QUE NO PUEDES CONTROLAR
La búsqueda de empleo no siempre es un reflejo directo de tu valía. Hay procesos en los que simplemente se busca algo muy concreto. A veces, incluso, hay factores invisibles para ti: una candidatura interna, una reorganización de la empresa, una intuición del entrevistador. Que no te elijan no significa que no valgas.
3. ENFÓCATE EN LO QUE SÍ ESTÁ EN TUS MANOS
Tu actitud, tu preparación, tu estrategia de búsqueda, tu red de contactos, tu formación, el tiempo que dedicas a ti. Son muchos los aspectos que puedes revisar, ajustar o fortalecer. Centrarse en ellos te ayuda a no quedarte anclado/a en la frustración.
4. LLEVA UN DIARIO DE BÚSQUEDA (Y DE EMOCIONES)
Apunta a qué ofertas te inscribes, cómo van los procesos, qué respuestas recibes… pero también cómo te sientes. Verás tu evolución con perspectiva y podrás identificar patrones: días más productivos, momentos de desánimo, logros que tal vez no estabas valorando.
5. APRENDE A PARAR
No siempre se puede estar al 100%. Habrá momentos para acelerar, para insistir, para moverte con fuerza. Pero también está bien descansar, desconectar unos días, cuidar tu salud mental. Pausar no es rendirse: es darte espacio para recargar.
6. RODÉATE DE APOYO
La búsqueda puede ser solitaria si no se comparte. Hablar con personas que están en tu misma situación ayuda a normalizar lo que sientes y a darte nuevas ideas. Además, contar con acompañamiento profesional marca la diferencia: no solo en tu estrategia, sino también en cómo te sientes mientras la llevas a cabo.
¿Y si no tienes que hacerlo solo/a?
Desde el área de orientación del Instituto Aragonés de Empleo (INAEM) sabemos muy bien cómo se vive esta etapa. Acompañamos a personas como tú cada día: personas con talento, con ganas, que lo están intentando una y otra vez. Personas que a veces se frustran, pero que también aprenden, se levantan y siguen adelante.
Si sientes que necesitas un impulso, una mirada externa o simplemente una mano que te ayude a organizar todo ese esfuerzo que ya estás haciendo, estamos aquí. Podemos ayudarte a revisar tu currículum, preparar tus entrevistas, identificar oportunidades, y también a gestionar emocionalmente este proceso para que no te agote.
Porque, aunque parezca que no avanzas, cada paso que das te acerca. Aunque no lo veas, lo estás haciendo mejor de lo que crees.
¿Hablamos? Pide cita en tu oficina del INAEM y deja que te acompañemos. Tu búsqueda tiene sentido. Y no estás solo/a.